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CÓMO DETECTAR LAS FUGAS DE ENERGÍA Y MANTENER TUS FACTURAS A RAYA

Anticípate al invierno y mantén a raya tus facturas energéticas. Con la llegada del otoño y la inminente bajada de las temperaturas, es fundamental preparar nuestro hogar. No se trata solo de sacar las mantas o cambiar la ropa de cama, detectar las fugas de energía con anticipación es la mejor manera de mejorar el confort de tu hogar, cuidar el medio ambiente y ahorrar dinero. Ya sea mediante métodos caseros o con ayuda profesional, se trata de una inversión que puede marcar una gran diferencia en tu calidad de vida y en la “buena salud” de tu cartera.

Pero ¿sabes cómo detectar estas fugas? Seguramente pocos son los que contesten afirmativamente a esta pregunta. Por ello, hoy te ofrecemos una serie de métodos caseros y herramientas profesionales que te ayudarán a mejorar la eficiencia energética de tu casa.

¿Qué es una fuga de energía?

Comencemos por el principio. Las fugas de energía en el contexto del hogar se refieren a las pérdidas de frió o calor (proveniente de la calefacción o aire acondicionado) a través de puntos vulnerables de los aislantes térmicos de tu edificio, tales como puertas, ventanas, techos, paredes, suelos, conductos o sistemas eléctricos mal helados.

Estas pérdidas provocan que los sistemas de climatización trabajen más de lo necesario y con ello tu hogar consuma más energía y los equipos sufran un desgaste prematuro.

Y ¿cuáles son los beneficios de detectar estas fugas?

  • Mayor eficiencia energética: al corregirlas permitimos que tanto la calefacción como el aire acondicionado trabajen de forma eficiente.
  • Confort térmico: evitaremos las corrientes frías y los cambios bruscos de temperatura en tu hogar.
  • Ahorro económico: cuántas menos fugas, menor consumo y por tanto, menos gasto en energía.
  • Sostenibilidad: la huella de carbono asociada al uso excesivo de energía disminuirá drásticamente.
  • Mejor mantenimiento: algún tipo de fuga permiten la entrada de humedad y esto puede causar a la larga moho o daños estructurales.

Métodos para detectar las fugas

Existen diferentes métodos para detectar las fugas de energía. Algunos son caseros y cualquiera de nosotros puede implementarlos y otros requieren de la actuación de profesionales

1. Inspección visual.

Una simple revisión visual puede ahorrarte muchos disgustos. Tan solo tienes que observar si hay alguna grieta o hueco en los marcos de las puertas o ventanas.

También deberías comprobar si se han abierto pequeños espacios alrededor de los enchufes, interruptores o luminarias o en los puntos por donde entran las tuberías o cables del edificio.

Si detectas que tus puertas no cierran completamente y dejan pasar la luz, los sellados de tus puertas o ventanas se han deteriorado o el calafateo se ha despegado, es muy posible que estés perdiendo energía.

Esta revisión visual te puede dar una idea bastante aproximada de por dónde empezar a actuar.

2. Prueba del incienso

Éste es un método casero pero muy útil. Se trata de encender una vela o una varita de incienso y desplazarla lentamente alrededor de tus ventanas, puertas o cualquier otro punto que te haya parecido sospechoso en tu revisión visual.

Si la llama o el humo se mueve de forma irregular o se desvía, es más que probable que hayas detectado una fuga de aire y por tanto de energía.

Este truco es especialmente efectivo en días ventosos o cuando la diferencia de temperatura entre el interior o el exterior es muy evidente.

3. Prueba de presión (Blower Door Test)

Este método requiere de la intervención de un profesional. Consiste en instalar un ventilador especial en la puerta principal de la vivienda, que genera una diferencia de presión entre el interior y el exterior. De este modo, se puede medir con precisión cuánta energía se pierde y por dónde.

En este caso, deberás contratar a técnicos especializados en eficiencia energética, para que realicen el test y te entreguen un informe detallado con recomendaciones para solucionar estas fugas.

Se trata de una pequeña inversión inicial, pero que a la larga se convertirá en un importante ahorro en tus facturas energéticas.

4. Cámaras termográficas

Se trata de una herramienta profesional que se ha vuelto cada vez más accesible y que no requeriría de un técnico si te haces con una de sus versiones portátiles. Incluso las puedes acoplar a tu teléfono móvil.

Estas cámaras permiten visualizar las diferencias de temperatura en tiempo real, mostrando claramente por dónde se escapa el calor. Si no tienes posibilidad de hacerte con una de ellas, puedes contratar a una empresa de mantenimiento del hogar o auditores energéticos que ofrecen este servicio a un precio razonable.

5. Comprobación del aislamiento

En muchos casos las fugas no están en huecos visibles, sino en el propio aislamiento de techos, paredes o suelos. Si notas que en alguna habitación hace mucho más frío que en el resto, es muy posible que el aislamiento no sea suficiente o esté dañado. Donde se suele perder más calor en invierno suele ser en los áticos o sótanos.

En cualquier caso, si detectas estos cambios de temperatura, deberás acudir a un profesional para que te dé la solución más adecuada.