Si estás pensando en comprar una vivienda seguro que te haces esta pregunta: ¿qué tipo de hipoteca es la idónea para mí? Te encuentras ante una de las decisiones financieras más importantes de tu vida y dentro de ese proceso, elegir entre una hipoteca fija o una variable puede marcar la diferencia a largo plazo. Lo cierto es que no hay una única respuesta: la mejor opción dependerá en gran medida de tu estilo de vida, estabilidad laboral, tolerancia al riesgo o tus planes de futuro.
En este post analizamos lo que ofrece cada tipo de hipoteca y cómo puedes elegir la más adecuada, según tu situación y objetivos personales.
Pero comencemos por el principio: ¿qué es una hipoteca fija y qué una variable?
Hipoteca fija
La hipoteca fija es aquella cuyo tipo de interés permanece constante durante toda la vida del préstamo. Esto quiere decir que pagarás siempre la misma cuota mensual, independientemente de los movimientos del mercado o de los tipos de interés establecidos por el Banco Central Europeo.
Ventajas:
- Cuotas estables y predecibles.
- Mayor seguridad financiera.
- Perfecta para presupuestos ajustados o personas con aversión al riesgo.
- Facilidad para planificar el presupuesto familiar.
Inconvenientes:
- Tipos iniciales ligeramente más altos en periodos de tipos bajos.
- Menos flexibilidad frente a descensos en el valor del Euríbor.
Hipoteca variable
En este tipo de hipotecas el tipo de interés está compuesto por un índice de referencia (como el Euríbor) más un diferencial pactado con el banco. Este interés se revisa periódicamente (normalmente cada 6 o 12 meses), lo que significa que tus cuotas pueden subir o bajar a lo largo del tiempo.
Ventajas:
- Suele tener un tipo de interés inicial más bajo.
- Si los tipos de interés se mantienen bajos tendrás mayor capacidad de ahorro.
- Las condiciones iniciales suelen ser algo más competitivas que las fijas.
Inconvenientes:
- Las cuotas pueden subir significativamente si suben los tipos.
- Menor previsibilidad y mayor exposición al riesgo.
¿Qué tipo de hipoteca es más beneficiosa según mi estilo de vida?
A la hora de elegir una hipoteca es fundamental analizar tu situación personal. A grandes rasgos, las personas mayores de 35 años tienden a optar por hipotecas variables, mientras que los jóvenes de entre 18 y 24 años se muestran más favorables a las hipotecas fijas.
A continuación, te presentamos algunos perfiles comunes y la que, en principio, sería su opción más adecuada.
Personas con ingresos estables y aversión al riesgo
Si tienes un empleo fijo, con ingresos constantes y prefieres la tranquilidad de saber exactamente cuánto vas a pagar cada mes, la hipoteca fija es tu mejor opción. Este tipo de préstamo te permite tener una planificación financiera a largo plazo sin sorpresas.
Por tanto, si trabajas en el sector público o tienes un contrato indefinido, si eres metódico con tus finanzas y no te gusta el riesgo o si no quiere preocuparte por si sube o no el Euríbor, apuesta por una hipoteca fija.
Joven con proyección e ingresos al alza
Si estas comenzando tu carrera profesional y esperas (de manera realista) que tus ingresos aumenten con el tiempo, una hipoteca variable puede ser muy atractiva. Inicialmente las cuotas serán más bajas, lo que te permitirá respirar económicamente o destinar el dinero a otros objetivos (ahorro, inversión o reformas).
Este tipo de hipoteca es idónea para profesionales jóvenes que no han alcanzado su techo salarial, tienen tolerancia al riesgo y una planificación a largo plazo flexible.
Familias con hijos y presupuesto ajustado
Si necesitas tener un control absoluto sobre tus gastos, tienes hijos y otros compromisos financieros, una hipoteca fija, con la que podrás saber lo que vas a pagar cada mes, te aportará tranquilidad.
Las familias con un presupuesto ajustado, con unos gastos mensuales fijos y que previsiblemente se quedarán en la misma vivienda a largo plazo, encuentran en este tipo de hipotecas un garante para sus finanzas.
Persona con movilidad y planes a corto o medio plazo
Si tienes pensado trasladarte y vender tu vivienda en menos de 10 años, una hipoteca variable puede ser más rentable. En los primeros años, este tipo de hipoteca suele ofrecer intereses más bajos, lo que te permite ahorrar si cancelas anticipadamente antes de que los tipos suban.
Por tanto, si piensas cambiar de ciudad, país o vivienda, buscas un coste inicial más bajo o planeas amortizar anticipadamente, una hipoteca variable puede ser muy interesante.
Inversor con alta educación financiera
Quienes tienen conocimientos financieros, se sienten cómodos siguiendo los mercados, buscan maximizar el ahorro en el corto o medio plazo y están dispuestos a asumir riesgos, pueden aprovechar las oportunidades de una hipoteca variable. Además, si el Euríbor se mantiene bajo, puede ser una excelente manera de ahorrar intereses.
Más allá de cuál sea tu estilo de vida o perfil, antes de contratar tu hipoteca debes tener en cuenta otros factores como la evolución de los tipos de interés, la duración del préstamo o las condiciones del banco.