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TIPOS DE BOMBILLAS, VENTAJAS, INCONVENIENTES Y CÓMO ACERTAR EN LA ELECCIÓN

¿Sabías que el 20% del consumo eléctrico de tu hogar corresponde a la iluminación? Pues, efectivamente, así es: de cada 100 euros que pagas de energía 20 los han gastado tus bombillas. Por tanto, la elección de las bombillas que iluminan tu casa va mucho más allá de un tema estético o del dinero a desembolsar al comprarlas. Conocer aspectos como la intensidad, su vida útil, su rendimiento o consumo puede marcar la diferencia a la hora de elegirlas y también en el momento de pagar tus facturas eléctricas.

Hoy queremos ayudarte en esta elección profundizando en los tipos de bombillas que encontramos en el mercado, sus ventajas e inconvenientes.

Bombillas incandescentes

Aunque todavía las podemos encontrar en algunas tiendas, lo cierto es que desde 2012 está prohibida su venta en la Unión Europea. Su gran ventaja es su precio, pues son las más baratas y además, dan una luz cálida y familiar.

En el otro lado de la balanza encontramos grandes inconvenientes pues, al ser de filamento, se encienden de forma instantánea pero solo utilizan el 5% de la energía para dar luz y restante 95% se pierde en forma de calor. Además de este alto consumo desperdiciado, su duración es muy corta (sobre las 1.000 horas). Por todo ello, se han convertido en las bombillas menos respetuosas con el medio ambiente que podemos encontrar.

Bombillas halógenas

También se encienden al instante y ofrecen una gran capacidad de iluminación. Su potente luz las hace ideales para leer, trabajar o iluminar un punto concreto de nuestro hogar. Son muy utilizadas también en oficinas, tiendas, edificios públicos o museos, así como en vallas publicitarias o iluminación de parkings.

Su consumo es un 40% menor que el de las incandescentes. Al igual que éstas, también emiten mucho calor (el 50% de su energía se desperdicia en ello), pero duran el doble o el triple.

Uno de sus grandes inconvenientes es que para que funcionen perfectamente necesitan un reajuste de la corriente y la instalación de un transformador de 12 o 24 voltios.

Bombillas de bajo consumo

Además de ofrecernos una altísima eficiencia lumínica, tienen una larga vida útil de cerca de 15.000 horas y su consumo eléctrico es mínimo (aproximadamente un 80% menos que las incandescentes). También llamadas bombillas fluorescentes compactas o CFL, tardan unos segundos desde que se encienden hasta que alcanzan el brillo máximo. Es por ello que no es conveniente colocarlas en zonas de paso. Tampoco son aconsejables para habitaciones donde se encienda y apague muchas veces la luz, pues se fundirían mucho antes.

Estas bombillas son bastante más caras que las anteriores pero, a largo plazo, son mucho más rentables.

Las bombillas comunes de neón también entran en la clasificación de bajo consumo. Su vida útil alcanza las 10.000 horas y consumen cinco veces menos que las tradicionales. Su gran desventaja es el tamaño, pues suelen ser muy grandes.

Bombillas LED

Son conocidas por ser las más ecológicas del mercado, ya que no llevan ni tungsteno ni mercurio. Otra de sus grandes ventajas es su duración. Podríamos tenerlas encendidas 5 años o lo que es lo mismo unas 50.000 horas. Además, su consumo también es muy bajo, un 85% menor que las incandescentes y a penas emiten calor. Otra ventaja es que su encendido es instantáneo, alcanzando el 100% de luz en el momento que aprietas el interruptor.

Podríamos decir que su único inconveniente es su precio, mucho mayor que el del resto, pero al igual que las de bajo consumo, a la larga, se rentabilizan sobradamente.

¿Cómo decantarse por una u otra bombilla?

Hay algunos factores que debemos tener encuesta antes de adquirir una u otra bombilla, si queremos garantizar una óptima iluminación de nuestra casa:

  • Consumo: como hemos visto, el consumo de las bombillas es fundamental, tanto para ahorrar en la factura de la luz, como para proteger el medioambiente gastando menos energía. No olvidemos que, a pesar de ser más caras, las bombillas de bajo consumo a la larga salen rentables.
  • Vida útil: saber cuánto nos va a durar una bombilla es otro factor fundamental, pues de ello va a depender también el gasto en iluminación a largo plazo.
  • Temperatura de color: la temperatura de color es muy importante para conseguir crear un ambiente determinado u otro. La luz cálida es idónea para dormitorios o salones; la luz blanca pura es la adecuada para baños, cocinas o lugares de trabajo y la luz blanca fría es perfecta para trasteros o garajes, pues nos da la máxima claridad.
  • Apertura de color: cuando queremos dirigir la luz a un punto en concreto deberemos optar por una bombilla con un pequeño ángulo de apertura de unos 40 grados. Por el contrario, si queremos iluminar estancias grandes deberemos elegir una bombilla con un ángulo mayor de unos 120 grados.
  • Tamaño del casquillo: antes de elegir una bombilla tenemos que comprobar que, tanto el diámetro del casquillo, como la rosca o el encaje, son los correctos.
  • Estética: en el mercado podemos encontrar infinidad de bombillas con diferente formas como las de vela, globo, espiral o redondeada y por cual optar dependerá solo de nuestro gusto o de la decoración elegida para nuestro hogar.
  • Precio: ya hemos visto que el precio varía enormemente de unas bombillas a otras, pero no debemos olvidar que no siempre las más baratas son las más económicas a largo plazo.