A lo largo de nuestra vida pocos escapamos a esta pregunta: ¿reformamos nuestra casa o vendemos e invertimos en una nueva? Las razones pueden ser muy variadas: la familia crece y nos falta espacio, no nos gusta cómo ha evolucionado nuestro barrio, la casa esta anticuada o simplemente, necesitamos comenzar de nuevo en otro sitio… Sea cual sea el motivo que te lleva a este interrogante, lo cierto es que tomar la decisión no es fácil. Ambas opciones tienen sus ventajas y desventajas y la elección final dependerá de tus circunstancias personales, necesidades o presupuesto.
Por si te sirve de ayuda, en este post exploramos los pros y los contras de cada alternativa, para que puedas tomar una decisión informada y acertada.
Cuándo optar por una reforma
Hay muchos factores que pueden hacer de la reforma una opción más que atractiva:
- Valor sentimental. El valor emocional que ha adquirido tu casa después de tantos años y acontecimientos familiares puede ir mucho más allá de lo económico. Tal vez haya sido tu primer hogar, donde han nacido y crecido tus hijos… Si mudarte de casa tienen un gran coste sentimental, optar por una reforma puede ser la opción idónea
- Mantienes ubicación. Si tu casa está situada en un barrio o zona privilegiada (cerca del trabajo, de los colegios, con zonas verdes o buenos vecinos), mudarte podría suponer perder calidad de vida. Si la reformas, mantendrás todas esas ventajas, pudiendo adaptar el espacio a tus gustos y necesidades actuales.
- Ahorro. Salvo que necesites grandes cambios estructurales, una reforma suele ser mucho más económica que la adquisición de una nueva vivienda. Por otra parte, una buena reforma puede revalorizar tu casa, haciéndola mucho más atractiva, si decides venderla en el futuro.
- Total personalización. Si optas por la reforma, tendrás el total control sobre los materiales, la distribución o los acabados. Podrás diseñar cada rincón de tu hogar a tu gusto, algo que no siempre ocurre en una vivienda nueva, donde en la mayoría de las ocasiones tienes que adaptarte a lo que ofrece la promotora.
Cuándo es mejor mudarse
Aunque reformar tiene ventajas incuestionables, hay situaciones en las que dar el salto a una nueva vivienda pude ser la mejor elección:
- Limitaciones estructurales. No todas las casas permiten reformas con cambios significativos. Si tu hogar actual tienen problemas estructurales, una mala distribución, difícilmente corregible o su estado general esta muy deteriorado, reformar puede ser mucho más estresante y costoso y no concluir con la casa de tus sueños.
- Cambio de estilo de vida. Es posible que tu familia haya crecido, que tus hijos se hayan ido de casa o que ahora trabajes online y necesites un despacho. Sea cual sea tu situación, los cambios vitales muchas veces requieren de un tipo de vivienda totalmente diferente al actual y que no se puede conseguir con una reforma. En este caso, comprar una vivienda que responda a tus nuevas necesidades puede ser la mejor idea.
- Deterioro del barrio. Si la zona en la que vives ha cambiado a peor (mayor inseguridad, menos servicios, deterioro urbano, etc.) no habrá reforma que compense estas circunstancias. Es el momento de mudarse a un entorno más favorable e invertir en un mejor futuro.
- Costos ocultos de las reformas. Generalmente, reformar una casa es más barato que comprar una nueva, pero pueden surgir imprevistos, tales como problemas de tuberías, electricidad, permisos municipales, retrasos en la obra… A todo esto has de añadir la incomodidad que supone vivir en una casa en obras o tener que encontrar un lugar al que mudarte mientras duren las obras.
- Menor mantenimiento. En una casa nueva es mucho menos probable que tengas que hacer grandes reparaciones o reformas importantes durante los primeros años. Por otra parte, las nuevas edificaciones se suelen construir con los últimos avances en diseño y tecnología, lo que se traduce en un mayor confort, eficiencia energética, ahorro en las facturas de luz y agua y en definitiva, mejor calidad de vida.
- Garantía. Las viviendas nuevas cuentan con una garantía ofrecida por los constructores, que cubre potenciales defectos estructurales durante varios años, lo que proporcional tranquilidad y evita gastos inesperados.
¿Cómo tomar la decisión?
A pesar de conocer todos los pros y contras que hemos detallado, tomar la decisión de mudarse o reformar sigue siendo complicado. Los siguientes consejos te pueden ayudar:
- Haz una lista de tus necesidades reales. Enumera qué te gustaría cambiar o reformar y qué necesidades no cubre tu vivienda actual. Evalúa si estos cambios son posibles, según las características y espacio de tu casa.
- Calcula los costos. Incluye tanto los costos visibles como los ocultos. Reformar puede parecer más barato pero, como hemos visto, pueden aparecer gastos con los que no contabas. Suma permisos, imprevistos y otras molestias que pueden tener un coste personal. En caso de mudarte, no olvides incluir los gastos de notaría, de mudanza, impuestos, comisiones y posibles adecuaciones de la nueva vivienda.
- Piensa a largo plazo. ¿Dónde te ves en cinco, diez o quince años? Si te cuesta no imaginarte en tu actual hogar y crees que éste tiene potencial de adaptación, vale la pena invertir en él. Si por el contrario, tu proyecto de vida va en otra dirección, anímate a comenzar de nuevo en un lugar que reafirme ese cambio.
- Consulta con profesionales. Habla con arquitectos o empresas de reformas para obtener presupuestos realistas. Consulta también con agentes inmobiliarios, que te den toda la información sobre las opciones que hay en el mercado, según tus necesidades y presupuesto.