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SEIS SENCILLOS TRUCOS PARA AHORRAR ENERGÍA EN TU CASA

Las facturas de la luz y el gas no dejan de subir y por mucho que planchemos a las 5 de la mañana o programemos lavadora y lavavajillas para que funcionen en las franjas más baratas, lo cierto es que cada mes pagamos más. Una tendencia que no parece que vaya a cambiar a corto o medio plazo. Es por ello que tendremos que ingeniárnoslas para intentar reducir al máximo el gasto energético de nuestros hogares. Sin duda, nuestro bolsillo nos lo agradecerá, pero ahorrar energía también reporta otros grandes beneficios.

Más allá del ahorro en las facturas, una buena gestión energética se traduce en un mayor confort y comodidad en tu hogar y una nada desdeñable reducción del impacto medioambiental. Cada vez que reducimos el consumo de energía, contribuimos a disminuir las emisiones de gases contaminantes, que tanto influyen en el cambio climático.

Por todo lo anterior, debemos hacer lo imposible por reducir el consumo de luz y gas en nuestras casas. Una tarea no siempre fácil pero que se puede simplificar si pones en práctica los siguientes consejos:

1. Cámbiate a las bombillas LED

Si todavía tienes bombillas y lámparas tradicionales en tu casa, es el momento de cambiarlas por las LED o de bajo consumo. Puede que requiera una pequeña inversión inicial, pero con ellas podrás ahorrar hasta un 80% de energía, si las comparas con las bombillas convencionales.

2. Atención a tu nevera

La nevera supone el 14% del consumo eléctrico de tu casa. Obviamente, tiene que estar enchufada todo el día, pero no por ello has de pensar que no puedes hacer nada para ahorrar con este electrodoméstico. Apunta estos tips:

  • Colocación. Es fundamental que esté un poco separada de la pared para que al pasar el aire se refrigere. También es aconsejable que no esté muy cerca del horno o la vitrocerámica para que no le llegue el calor que desprenden. Y si es posible, evita que esté cerca de una ventana o ventanal por el que le dé el sol directo.
  • Ajusta la temperatura. Los selectores de temperatura están para algo y es fundamental que hagas uso de ellos, según la época del año o la climatización de tu casa. La temperatura más aconsejable es de 5 grados centígrados en el frigorífico y de -18 en el congelador, pero hay muchas veces que, si la temperatura de tu casa es más fresca, puedas subir el selector uno o dos grados.
  • Límpiala. En muchas ocasiones guardamos alimentos en nuestra nevera que están caducados o se han estropeado y no hacen más que consumir una energía que no sirve para nada. Por tanto, es fundamental que limpies tu nevera y que solo contenga aquellos productos que están en buen estado y se deben refrigerar. En el caso del congelador, también es muy importante que lo descongeles de vez en cuando y lo limpies bien, pues la escarcha en las paredes hace que la nevera tenga que consumir más energía para mantener la temperatura ideal.
  • Puerta cerrada. Abrir la puerta de la nevera para buscar inspiración y descubrir qué quieres comer no es buena idea. Cada vez que abres la puerta sube la temperatura interior y se necesita más energía para recuperar los grados que se han perdido. Cuanto más tiempo permanezca la puerta abierta más grados subirá y más energía se necesitará para bajar la temperatura.

3. Desenchufa los dispositivos

Por mucho que tengamos nuestros dispositivos apagados, si están conectados a la red, siguen consumiendo electricidad. Ya sea el microondas, la televisión o el ordenador, si ves un piloto encendido estás haciendo un gasto inútil de energía. Si consigues desenchufarlo cada vez que no lo usas y haces de este gesto un hábito, te aseguramos que tus facturas se reducirán.

También es buena ida comprar regletas con interruptor, en las que puedes conectar varios aparatos que se desconectarán solo con darle a un botón.

Y por último, ten especial cuidado con la carga de los móviles. Una vez que están cargados, desconéctalos. De lo contrario, no solo estarás desperdiciando energía sino que la batería del teléfono te durará mucho menos.

4. Lava en frío y con ciclos cortos

El mayor gasto energético que hace nuestra lavadora es el necesario para que el agua alcance la temperatura indicada. Es cierto que muchas veces nuestra ropa necesita de altas temperaturas para quedar perfectamente limpia, pero también es verdad que la mayoría de nuestras prendas no están tan sucias o no tienen manchas difíciles y por tanto, con una temperatura mucho más baja (no más de 40 grados) quedarán perfectas. Por otra parte, intenta no poner la lavadora hasta que tengas la carga completa, de este modo no solo ahorrarás energía sino también agua.

5. Lavavajillas lleno

Utilizar el lavavajillas para ahorrar agua es una buena idea pues, aunque parezca lo contrario, lavar a mano platos y cacharros consume mucha más. Pero lo que es indudable es que en lo que respecta al gasto eléctrico se cambian las tornas, pues es uno de los electrodomésticos que más energía gasta. Por tanto, intenta que esté lleno siempre que lo vayas a utilizar. Y aunque parezca contradictorio, mejor utilízalo en programas largos, pues utilizan agua menos caliente y necesitan menos energía para alcanzar los grados programados.

6. Cuidado con la puerta del horno

Éste es otro de los electrodomésticos que más energía consume y por ello, debemos hacer un uso inteligente del mismo. La mejor manera de reducir al máximo su consumo es abrirlo lo menos posible mientras se cocina. Cada vez que abrimos la puerta, para ver cómo va nuestra receta, estamos dejando escapar una gran cantidad de calor que el horno deberá recuperar para conseguir la temperatura que hemos seleccionado. Por tanto, haz uso de la luz interior y fíate de los tiempos de la receta para no estar abriendo el horno continuamente.