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CÓMO CONSEGUIR LA “OFICINA” PERFECTA EN TU CASA

Afortunadamente, poco a poco vamos dejando atrás la pandemia provocada por el COVID-19 y sus terribles consecuencias, pero alguna de las transformaciones que provocó en nuestras vidas llegaron para quedarse. Es el caso del teletrabajo. Si en 2019 a penas un 5 % de los españoles desarrollaban su vida laboral en sus casas, actualmente este porcentaje se ha elevado hasta el 35 % y sigue subiendo. 

En principio, parecía que esta forma de trabajo ofrecía solo ventajas, pero lo cierto es que no está resultando tan fácil como prometía. Separar la vida laboral de la familiar no es tarea sencilla, cuando ambas comparten espacio. Por ello, es fundamental encontrar una zona exclusiva para trabajar, que genere el ambiente necesario para evitar distracciones, facilitar la concentración y ayudarnos a optimizar nuestra productividad. Una perfecta “oficina” en casa que podemos crear siguiendo estos cinco consejos.

1. Encontrar el espacio adecuado

Lo primero que debemos tener en cuenta, antes de elegir el espacio que dedicaremos al teletrabajo, es el tamaño de nuestras casas, su distribución y nuestras propias necesidades. Si tu casa es grande y puedes dedicar una estancia independiente, te encuentras en la situación ideal, pues podrás aislarte completamente. 

Si no tienes una habitación donde instalar exclusivamente tu zona de trabajo, es posible que puedas compartirla con otros usos. Por ejemplo, una habitación de invitados. Generalmente no solemos tener gente en casa y por lo tanto, solo tendrás que compartirla una o dos veces al año.

Otra posibilidad, si no cuentas con ese “cuarto comodín”, es dedicar una parte del dormitorio al teletrabajo, colocando un escritorio en algún hueco o sustituyendo la mesilla o algún módulo del armario.

El menos favorable de los casos es cuando no tienes ninguna habitación libre o alguna lo suficientemente grande como para compartir usos. En este caso, tendrás que buscar un rincón en alguna zona común, como la cocina, los distribuidores o las zonas de paso.

2. Buena iluminación

Si quieres mantener el buen ánimo, no forzar la vista en demasía y maximizar tu rendimiento, es fundamental que coloques tu mensa de trabajo en la zona más cercana a una ventana, para que cuentes con luz natural. Si la has de situar a un lado de la ventana, intenta que la luz entre por la izquierda si eres diestro o por la derecha si eres zurdo. Pero, si tienes opción de colocar tu pequeño despacho debajo mismo de la ventana, no solo recibirás directamente la luz natural sino que te será más fácil relajarte unos segundos y descansar la vista mirando al exterior. Eso sí, no olvides tener en cuenta que si las ventanas abren hacia adentro puedes poner en riesgo tus pantallas. Si éste es tu caso, también podrías colocar el escritorio en la parte central de la habitación, ya que evitaremos los problemas de apertura de las ventanas sin tener que estar mirando a una pared todo el día.

Y, si no tienes la posibilidad de instalar tu zona de trabajo en algún sitio con iluminación natural, deberás recurrir a una buena iluminación artificial, a ser posible difusa y que simule la luz del sol. Se puede completar con una luz focal de buena calidad que ilumine directamente nuestra mesa.

3. Mobiliario ergonómico

El mobiliario y más concretamente, la silla o sillón que utilices para trabajar debe ajustarse perfectamente a tus necesidades y características fisiológicas y ser cómoda. De no ser así, no solo se puede ver afectado nuestro rendimiento laboral sino también nuestra salud, pues pasará factura a nuestra espalda y muy concretamente a nuestros lumbares. 

Es fundamental que la silla elegida nos permita mantener la postura correcta. Debemos sentarnos siempre de manera que nuestro tronco y perlas forman un ángulo de 90 grados. Para conseguirlo, es recomendable que sea elevable, permitiéndonos así regular la altura.

De igual forma, la mesa se deberá situar a la altura adecuada y ser lo suficientemente amplia como para que tu ordenador se sitúe frente a ti pero a una distancia razonable. El tamaño mínimo idóneo es de unos 150×160 cm. También convendría que contara con algún tipo de buc o cajonera para guardar el material de oficina y mantener el orden.

4. Mantén el orden

Si muchas veces es difícil concentrarnos en casa, esta tarea será misión imposible si nuestro pequeño despacho casero es un caos de papeles y trastos. Para conseguir la organización necesaria, debes contar con espacios de almacenaje, archivadores o cajoneras. Si no cuentas con un escritorio demasiado amplio es aconsejable utilizar un pequeño armario bajo el tablero en el que podamos esconder la impresora, pues no solemos utilizarla todos los días y ocupa mucho espacio. 

En la parte superior de nuestra mesa podemos colocar baldas o módulos cerrados. Las baldas son más ligeras y nos permiten tener todo el material a la mano. Eso sí, debemos asegurarnos de que tienen la profundidad necesaria y que pueden sostener el peso que le vamos a colocar encima.

Si para trabajar utilizas mucho material, te aconsejamos que optes por los módulos, pues se cuelgan como los armarios de cocina y pueden aguantar mucho peso. Además, facilitan la limpieza y la sensación de orden, pues todos los elementos se guardan dentro.

No debemos olvidar el material de escritorio propiamente dicho. Es decir, los botes para bolígrafos o lápices, las cajas, las bandejas con separadores o cualquier juego de escritorio que despeje nuestras mesas y nos haga más sencilla nuestra vida laboral en casa.

5. Decora tu espacio laboral

Los colores neutros, como el blanco, el gris o los colores naturales son los más aconsejables para tu lugar de trabajo. Si además cuentas con luz natural, se potenciará la sensación de amplitud que nos transmitirá la paz, tranquilidad y armonía necesarias para rendir y estar concentrado. 

También es una buena idea colocar alguna planta en nuestro pequeño despacho, pues no solo nos aportan energía y vitalidad sino que purifican el ambiente, absorbiendo la radiación de nuestros aparatos electrónicos.

Por último, algún cuadro que sea de nuestro agrado y nos transmita buenas vibraciones puede ayudarnos a mantener el buen ánimo y la motivación.