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Edificaciones sostenibles: una apuesta segura para proteger el medio ambiente

La construcción y el uso de los edificios son los responsables de casi el 40% de las emisiones de gases contaminantes y del 35% del consumo de energía en todo el mundo. Cifras que evidencian la necesitad de impulsar construcciones sostenibles, que permitan reducir el impacto en el medio ambiente.

Una construcción sostenible es aquella que emplea técnicas y materiales constructivos para conseguir edificios eficientes y respetuosos con el medio ambiente, al tiempo que garantiza la viabilidad económica del sector. Se basa en la reutilización de los recursos materiales y el empleo de energías renovables, para disminuir al máximo el impacto ambiental de los edificios en el entorno en el que están construidos.

Ventajas de la construcción sostenible

Sin duda, la protección del medio ambiente es de vital importancia, pero los beneficios de la construcción sostenible van mucho más allá:

  • Cuidado del medio ambiente. Uno de los principales objetivos de la construcción sostenible es reducir el impacto negativo de los edificios, tanto en su construcción, como en su vida útil e incluso su demolición y almacenamiento. Esto se consigue gracias a la utilización de materiales sostenibles, la optimización de los recursos naturales y minimizando las emisiones de gases de efecto invernadero. Al reducir estas emisiones contaminantes y el consumo energético, la construcción sostenible contribuye decisivamente a la lucha entra el cambio climático.
  • Conservación de los recursos naturales. Al utilizar materiales renovables, reciclados y de bajo impacto ambiental y reducir la extracción de materias primas no renovables, contribuye a la preservación de los recursos naturales.
  • Ahorro energético y económico. La construcción sostenible mejora la eficiencia energética. Los edificios son mucho más eficientes en el consumo de energía y agua, lo que se traduce en un ahorro económico y una mayor autonomía en el suministro de recursos.
  • Mejora la calidad de vida. La mejor calidad del aire en el interior, una iluminación natural adecuada y una temperatura confortable contribuye a crear espacios más saludables y cómodos.
  • Impulso a la innovación. La constante búsqueda de materiales y técnicas de construcción más respetuosos con el medio ambiente va de la mano de un creciente impulso a la investigación y la innovación en la industria de la construcción.
  • Prestigio de marca. Implementar prácticas de construcción sostenibles evidencia el compromiso de las empresas y sus profesionales con el cuidado del medio ambiente y el bienestar de las personas. Una prueba de responsabilidad social y ética que se traduce en un mayor prestigio y respeto por la marca. Por otra parte, las empresas medioambientalmente responsables cumplen con las regulaciones y certificaciones nacionales y europeas, lo que demuestra su compromiso con la sostenibilidad y las diferencia en el mercado.
  • Revalorización de los inmuebles. Un edificio construido de manera sostenible y eficiente energéticamente, aumenta su valor de adquisición y se convierte en la inversión ideal, pues tendrá una mayor durabilidad que las construcciones convencionales.

Características de un edificio sostenible

1. Materiales de construcción

Las características y la elección de los materiales para una construcción sostenible debe tener en cuenta los siguientes factores:

  • Deben generar las menores emisiones posibles de CO2, tanto en la fabricación como en su transporte.
  • Su vida útil se debe caracterizar por la eficiencia a lo largo de toda la vida útil del edificio. Para ello, se utilizan tecnologías digitales para el control energético.

2. Fuentes de energía renovables

Si conseguimos el autoconsumo del edificio, empleando sistemas de energías renovables que puedan cubrir la demanda energética de las viviendas, podremos conseguir el consumo energético casi nulo y los siguientes beneficios:

  • Ahorro económico. Pues ajustamos el diseño de la instalación energética a la demanda.
  • Reducción de las emisiones de CO2, gracias al empleo de energías verdes.
  • Incremento de la eficiencia, ya que se produce la energía más cerca de los puntos de consumo.

3. Sistemas energéticos más eficientes

En España el 47% del total del consumo energético residencial proviene de la climatización. Una elevada cifra que podríamos reducir mediante el empleo de tecnologías eficientes:

  • Suelo radiante. Esta calefacción por tubos, instalados a 5 cm bajo la superficie del suelo, consigue un gran confort térmico, empleando sistemas que funcionan a baja temperatura y por tanto, reducen el consumo energético.
  • Aerotermia. Solo el 25% de su consumo es eléctrico. Gracias a la energía obtenida del viento exterior podemos climatizar la vivienda y generar agua caliente mediante una bomba de calor.
  • Ventilación de doble flujo. Este sistema no solo sirve para climatizar sino también para conseguir un aire de mejor calidad. Se trata de un sistema de ventilación que extrae el aire viciado de las estancias e introduce aire nuevo a la misma temperatura. Se recupera la energía ya utilizada y se reduce considerablemente el consumo energético.