En este momento estás viendo RECICLAR EN LA COCINA ES TAN FÁCIL COMO SEGUIR ESTOS CONSEJOS

RECICLAR EN LA COCINA ES TAN FÁCIL COMO SEGUIR ESTOS CONSEJOS

Si hay una estancia de la casa en la que se genera todo tipo de basura esa es, sin duda, la cocina. Envases de plástico, vidrio, papel, aceites usados… Podemos generar tal variedad de residuos que, muchas veces, reciclar puede convertirse en un auténtico quebradero de cabeza. Contamos con múltiples soluciones para separar y reciclar dichos residuos, pero el tamaño de nuestras cocinas suele suponer un obstáculo añadido a la hora de cumplir con nuestro compromiso con el medio ambiente. 

Tipos de contenedores o cubos para reciclar

Contar con los metros suficientes como para tener cuatro o cinco cubos diferentes está lejos de las posibilidades de la mayoría de los hogares, pero sí tenemos ideas y opciones prácticas de reciclaje con las que convertir tu cocina en un espació eco-friendly.

Cubos compartimentados

Si tu cocina es pequeña ésta puede ser tu solución. En el mercado existen infinidad de opciones de cubos compartimentados, divididos en dos, tres e incluso cuatro compartimentos, que ocupan el mismo espacio que un cubo normal. Obviamente la capacidad de cada uno de estos compartimentos es menor y tendrás que cambiar las bolsas más a menudo pero, si tu objetivo es reciclar, esta puede ser una buena opción.

Cubos extraibles

Puede que suponga una pequeña inversión inicial pero, si te lo puedes permitir, hacerte un mueble a medida para los cubos de basura es la mejor forma de aprovechar al máximo el espacio. La mejor opción es diseñar un armario vertical en el que se puedan colocar, al menos, cuatro cubos extraibles, mediante railes. Además, puedes adaptar el tamaño de cada cubo según el tipo de residuo que vayas a depositar. Por ejemplo, el cubo orgánico podría ser más pequeño, ya que estos residuos se deben bajar al contenedor todos los días, para evitar que se pudran y generen malos olores. Por el contrario, el cubo donde deberás depositar los envases debería ser más grande, pues este tipo de residuo suele ser el más voluminoso y por otra parte, no es necesario llevarlo al contenedor tan a menudo.

A parte de hacerte este mueble a medida, también tienes la posibilidad de comprarlo ya hecho. En el mercado cuentas con una gran variedad de armarios de reciclaje verticales, de diferentes tamaños, diseños y formas, que restan poco espacio a tu cocina.

Aprovecha la puerta de los armarios

Otra forma de suplir la falta de metros de tu cocina es aprovechar al máximo el espacio de tus armarios. Colgar los cubos de basura de sus puertas puede ser una gran idea. Ahorrarás espacio dentro del armario y reciclar será mucho más sencillo pues no tendrás ni que agacharte para saber cuál es el cubo indicado. Lo más recomendable es que cuelgues los recipientes que más uses, como el orgánico o el de los plásticos.

Cajones de reciclaje

Si tienes en tu cocina un cajón amplio que no uses o puedes redistribuir lo que guardabas en él en otros cajones, éste podría ser un practiquísimo rincón de reciclaje en tu cocina. Con tan solo abrirlo tendrás a la vista cada cubo en el que depositar los distintos residuos. Si tiene la profundidad suficiente, puedes disponer dentro pequeños cubos en los que organizar tus deshechos y reciclar fácilmente. Te aconsejamos que midas bien tu cajón, antes de comprar los cubos, para que éstos encajen perfectamente.

Bolsas de reciclaje

Si todas las opciones anteriores no son válidas para tu cocina, las bolsas de reciclaje de tela pueden ser tu salvación. Gracias a su maleabilidad, encajan en cualquier rincón, ya sea en un colgador en una pared, dentro de un armario e incluso colgadas en un tirador de una puerta o ventana. Además de ser reciclables, son la opción más asequible y tienen un fácil mantenimiento, pues se pueden lavar de forma muy sencilla con agua tibia y jabón. Puedes utilizarlas de forma individual o unirlas entre sí mediante corchetes u otros enganches.

Dónde depositar cada residuo

Ya sabemos cómo solventar la falta de espacio para tanto cubo pero, por si eres de los que todavía no tienen muy claro dónde depositar cada tipo de residuo, aquí tienes un pequeño recordatorio:

Contenedor amarillo

En este cubo deberás depositar todos los envases plásticos que no puedas reutilizar. Te recomendamos que tenga una capacidad de entre 15 y 25 litros, pues estos residuos suelen ser los que más espacio ocupan. Y, en cualquier caso, si quieres aprovechar al máximo el espacio, antes de desecharlos, pliégalos bien una vez que los hayas vaciado y escurrido.

Contenedor azul

Aquí depositarás el papel y el cartón. En este caso el cubo puede ser más pequeño, pues este tipo de residuos es el que menos se genera en nuestros hogares. Más allá de las servilletas o del papel de cocina, la práctica desaparición de la prensa en papel ha reducido considerablemente esta clase de basura. Por otra parte, como no generan olores o manchas, no necesitas cambiar constantemente la bolsa de este contenedor.

Contenedor verde

En este contenedor van los frascos y botellas de vidrio. Se trata del residuo más voluminoso y además, el más delicado, ya que puede romperse. Por tanto, para evitar accidentes, lo mejor es que cuentes con un cubo específico y bien sólido para reducir al máximo las posibilidades de que te cortes. Y no olvides que vidrio y cristal no son lo mismo. Los vasos, jarras, copas o jarrones de cristal no deben ir nunca en este contenedor. Este material contiene metales pesados, para darle brillo y sonoridad, que pueden interferir en el proceso de reciclaje y contaminar los nuevos envases.

Contenedor marrón

El contenedor marrón es el contenedor de los residuos orgánicos. Es decir, restos de fruta, verdura, carne, pescados, cascaras de huevo o frutos secos. En resumen, son los residuos de nuestras comidas. En esta categoría también incluiríamos servilletas usadas, papel de cocina sucio o papel y cartón manchado de comida o aceite.

Contenedor gris o naranja

Según el municipio en el que vivas, el contenedor de los residuos denominados “resto” puede ser gris o naranja. En él deberemos depositar todo aquello que no encaja en ninguno de los anteriores: polvo de barrer, compresas, pañales, colillas, cerámica, arena de mascotas etc. Es decir, objetos que no se pueden reciclar.

Por último, debes tener en cuenta que hay residuos, como el aceite de cocinar o las cápsulas de café, que requieren de un tratamiento especial para su reciclado. Cada vez son más las ciudades que instalan contenedores para esta clase de basura en sus calles pero, si no encuentras ninguno cerca de tu casa, deberás llevarlas a un punto limpio.