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BENEFICIOS DE VIVIR EN UNA CASA SOSTENIBLE

La contaminación, la sobreexplotación de los recursos naturales y en definitiva, el cambio climático, son tres de los grandes problemas a los que se enfrenta nuestro planeta. Cada vez somos más conscientes del papel protagonista que tenemos cada uno de nosotros a la hora de hacer frente a estos retos pero ¿sabemos cómo hacerlo? Más allá de la urgente necesidad de reciclar, reutilizar o ahorrar recursos, tenemos la oportunidad de proteger nuestro entorno a través de nuestros propios hogares. Se trata de apostar por la construcción sostenible frente a la tradicional.

Las cifras no dejan lugar a la duda: el sector de la construcción es el responsable del 23% de la contaminación atmosférica y del 40% de la polución del agua potable. Se trata del quinto principal causante de la contaminación del planeta. Razones más que sobradas para cuestionarnos el tipo de vivienda en la que residimos y cuál aspiramos a tener. Vivir en una casa sostenible reporta múltiples beneficios, tanto para nuestra salud como para nuestra economía, pero, además, puede marcar la diferencia en el planeta que dejaremos a nuestros hijos y a las generaciones venideras.

Ahorro energético

Uno de los grandes beneficios de vivir en una casas sostenible es el ahorro energético. Estas viviendas suelen estar equipadas con sistemas de energía renovable, como paneles solares, turbinas eólicas o calentadores solares de agua, lo que permite reducir significativamente el consumo de electricidad proveniente de fuentes fósiles.

Además, las casas sostenibles están diseñadas con una arquitectura bioclimática, que aprovecha al máximo la luz solar, la ventilación natural y el aislamiento térmico, reduciendo la necesidad de utilizar calefacción o aire acondicionado. Todo ello se traduce en facturas de energía mucho más bajas, con las que se amortiza la inversión inicial a medio plazo.

Uso eficiente del agua

Las viviendas sostenibles suelen incorporar sistemas de recolección de agua de lluvia, filtros para reutilizar aguas grises y dispositivos de bajo consumo, como inodoros de doble descarga o grifos con sensores. Con ellos, no solo se reduce el desperdicio de agua, sino que también ayuda a conservar este recurso tan escaso y tan valioso, especialmente en zonas en las que, como en Valencia, no llueve en demasía. Por otra parte, en un contexto de crisis hídrica global, cada gota cuenta y las casas sostenibles están diseñadas para maximizar su aprovechamiento.

Salud y bienestar

Vivir en un hogar sostenible también aporta grandes ventajas a tu salud y a tu bienestar y el de tu familia. Estas viviendas utilizan materiales no tóxicos, reciclados o de bajo impacto ambiental ,evitando sustancias contaminantes, como pinturas con compuestos orgánicos volátiles o aislamientos con productos químicos dañinos para nuestro metabolismo.

Además, al estar bien ventiladas y aprovechar la luz natural, crean ambientes mucho más saludables y confortables. Está demostrado que los espacios iluminados con de manera natural y con buena calidad del aire interior contribuyen a mejorar el estado de ánimo, el sueño y la productividad de las personas que los habitan.

Ventajas económicas

Los beneficios económicos de vivir en una casa sostenible no solo se refieren al ahorro energético, sino también al mayor valor que tendrá tu casa en el mercado si quieres venderla en cualquier momento. Esta revalorización se debe a que cada vez son más las personas interesadas en vivir en casas eficientes y responsables y por ello, una vivienda con certificaciones ecológicas puede venderse o alquilarse más fácilmente y a un precio mucho mayor.

A todo ello hay que añadir que son muchos los países que cuentan con incentivos gubernamentales, subvenciones o deducciones fiscales para quienes construyen o rehabilitan sus hogares con criterios sostenibles, lo que supone un beneficio económico adicional.

Conciencia ecológica

Una hogar sostenible es la mejor manera de fomentar la conciencia ecológica, especialmente entre los más jóvenes de la familia. Una conciencia que se extenderá a todos los aspectos de la vida cotidiana, convirtiendo a los habitantes de esa casa en personas responsables y comprometidas con la protección del medioambiente. Separar los residuos, reciclar, reducir el consumo innecesario, apostar por la movilidad más limpia o incluso cultivar nuestros propios alimentos serán hábitos de un estilo de vida mucho más armonioso y respetuoso con nuestro entorno. Este cambio de mentalidad es fundamental en un momento histórico en el que la sostenibilidad ya no es una opción, es una obligación.

Menor impacto ambiental

El impacto ambiental de una casa sostenible se reduce considerablemente. Estas viviendas emiten muchos menos gases de efecto invernadero, hacen un uso eficiente de los recursos, generan menos residuos y como hemos visto, promueven un estilo de vida más consciente y responsable. Características nada desdeñables si tenemos en cuenta que el sector de la construcción es el responsable del 30% de los residuos sólidos que acaban en el mar.

Por otra parte, este tipo de casas suelen estar integradas en entornos naturales o urbanos donde se respeta el paisaje y la biodiversidad y su construcción se basa en principios de economía circular, priorizando la reutilizaicón y el reciclaje de materiales. Además, los materiales que se utilizan en este tipo de construcción suelen ser materiales naturales y biocompatibles, que reducen la exposición a campos electromagnéticos.

Por todo ello, al elegir vivir en una casa sostenible, se contribuye de forma directa a la mitigación del cambio climático y a la preservación del medioambiente. Estas viviendas son el futuro de la arquitectura y de la manera en que habitamos nuestro planeta.